Durante el siglo XIX, el uso del sombrero distinguía las diferentes clases sociales, a tal nivel, que ninguna mujer era capaz de presentarse en público sin un tocado, porque sería un signo de decadencia moral o social.Quien catapultó el uso del sombrero, fue Rose Bertin, famosa comerciante de modas de María Antonieta, en el siglo XVIII. Lo transformó en el elemento que mejor ha encarnado los acelerados cambios de la moda.
Durante el siglo XX, en las décadas entre guerras, la destacada la diseñadora de sombreros Rose Descat, fue quien realizó una reinterpretación del sombrero masculino, feminizándolo. En general, diseñaba modelos pequeños, de fieltro y muy estructurados, a menudo adornados con una pluma, o inclinados hacia un lado de la frente.